
Nariz y cuerpo anestesiado, no queda otra que una buena taza de cafe.
Y me quedo parado aquí,
parado aquí, mirando a uno y otro lado y me siento tan imbécil, tan imbécil,
entre tantas pelotas que rebotan y rebotan sin parar ,sin parar , sin parar.
Hubiese preferido salir y no hablar con nadie.
Hubiese preferido no venir.
Hubiese preferido no estar aquí, no estar aquí.
Es tanto el desconsuelo cada vez que me repites tanto ,
que me repites tanto el mal, el mal que sientes cerca de mí,
y al ver a esas mujeres , que me regalan todo su odio en su mirar,
el odio de todas sus vidas , de no haber hecho nada ,
no me afecta tanto como cuando me hacen sentir que el amor que les doy es tan barato, tan barato, tan barato.
Y no estar, no estar aquí.